Peake encendió la lámpara con un gol e Iheanacho debutó sin ser titular.
El Sevilla perdió en Anfield ante un Liverpool más rápido, efectivo e intenso.
El Sevilla, dirigido por Garca Pimienta, vio cómo el Liverpool destrozaba la portería de Nyland en la primera media hora con disparos certeros y saltos forzados.
Los hombres de Arne Slott vieron cómo Diogo Jota y Luis Daz echaban por tierra las esperanzas del Sevilla de empatar en Anfield.
Con todas las miradas puestas en la Liga, el proyecto nervionense sigue reflejando sus carencias y busca soluciones: Salu ancló el centro del campo, Iheanacho debutó con discreción y Peque intervino para marcar un gol previsible.
Al inicio del partido, el Sevilla fue atrevido.
Sal y Collard presionaron con fuerza la salida del balón del Liverpool, mientras que Suso e Idumbo trataron de enlazar con Iheanacho, que debutaba en Nigeria.
El equipo de Arne Slott se parecía al de Klopp.
Salah amenazó con una diagonal y su disparo rozó el poste derecho de Nyland.
El equipo de Garca Pimienta pasó casi media hora a tambor batiente, yendo y viniendo constantemente.
Pero fue una jugada a balón parado la que cambió las tornas.
Alexander Arnold remató de volea un rechace de Diogo Iota, pero Nyland sólo pudo observar cómo el 1- había hecho mucho daño al Sevilla, que había sobrevivido con brillantez a la primera media hora en Anfield.
El Liverpool desplegó entonces sus alas.
Más presión.
Más vigor.
Para la zaga del Sevilla aumentó la capacidad de montar contras indetectables.
El espacio entre Niazou y Ramun se abría cada vez más.
Diogo Jota volvió a intervenir, encontrando y grabando al colombiano Luis Daz, en carrera vertical para provocar a Darro, que lanzó un misil a la misma escuadra que Nyland había condenado unos minutos antes.
El Sevilla se sintió vulnerable al final de la primera parte, en la que se produjo otra contra letal: Soboszlai encontró espacio, recibió en carrera y ofreció un regalo a Luis Daz para que parara Anfield.
El Sevilla parecía entonces perdido.
Esta sustitución hizo que la segunda parte no fuera una prueba de fuerza.
Montiel reapareció como extremo izquierdo, pero quizá su futuro esté lejos de Nervin.
La introducción de Ejke siempre está en el aire para el equipo.
Peake no mostró mucho vértigo, pero su talento quedó patente cuando recogió un rechace y golpeó el balón contra el segundo palo del portero del Liverpool.
El Sevilla demostró en Anfield que estaba cerca del tipo de fútbol que pretende Garca Pimienta.
Pero, ¿es suficiente para el rendimiento que se espera en la Liga? La respuesta a esa pregunta se dará dentro de una semana.
El partido contra el Liverpool pondrá a prueba algo más que el proyecto en construcción.
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