Julián Calero: "El Cartagena es el reto más difícil de mi carrera"

El técnico albinegro relata a la prensa sus días en Cartagena, que cambiaron por completo la vitalidad del club y le convencieron de su permanencia

La ciudad de Cartagena ganó un nuevo referente deportivo.

Pase lo que pase al final de la temporada, Julín Calero será recordado muy pronto.

Carrero se hizo cargo de un equipo que daba mala imagen jornada tras jornada, y en el que muchos veían el descenso como una gran posibilidad.

Desde que asumió el cargo de entrenador, quedó claro que los jugadores lucharían, darían la cara y los resultados se verían a largo plazo.

Tras un 2024 espectacular, el FC Cartagena ha conseguido salir del descenso, algo que parecía imposible.

Todavía queda un largo camino para lograr el objetivo de la salvación, pero con Calero será más fácil conseguirlo.

En primer lugar, su mujer es un poco bruja.

Parece que lo que dice la bruja es verdad.

Ella trabaja con la energía, tiene buena intuición y yo estaba seguro de que funcionaría.

Yo siempre consulto a mi familia y a la gente cercana, y ella me dio esa información, que fue determinante para que aceptara la propuesta" (Calero afirmó en su presentación que su mujer era medio bruja y le dijo que fichara por el FC Cartagena).

"Cuando el club me llamó, pensé: tengo unas ganas tremendas de volver a entrenar.

Cuando hablé con Belmonte, Blaise y Sborg, me expresaron su deseo de que viniera y su confianza en el proyecto.

No pensé en el riesgo de ir a un equipo de la parte baja de la tabla y conseguir un resultado tan dinámico, ni en los daños colaterales para mi futuro.

Sólo pensaba en que Cartagena es una ciudad que huele a fútbol, que hay gente que me necesita y que cuando la gente te necesita hay que arriesgar.

La confianza en el club y en los jugadores fue fundamental.

A veces puedes lanzar un mensaje de confianza y la gente no está de acuerdo, pero aquí fue todo lo contrario tanto para los jugadores como para el club.

Les dijimos a los entrenadores que tuvieran los pies en el suelo y que los resultados no eran a corto plazo, sino a medio y largo plazo, y lo aceptaron.

Muchos pensaban que Calero no tenía que hacerse cargo del FC Cartagena, que podía perder su reputación.

He entrenado en Tercera, Segunda B y Segunda A, y he sido segundo entrenador tres veces.

Eso no es cierto.

Creo que las cosas pasan por algo y yo necesitaba venir aquí.

Y ahora estoy descubriendo esa razón: el cariño de la gente, la cercanía de la gente, la cercanía del club, el cariño de la gente, el cariño de la gente.

Yo quería entrenar, el club me quería y descubrí que la situación era reversible.

El hecho de que Ibn Calero Jr.

estuviera allí ayudó a tomar la decisión.

Conoce bien al equipo y le he visto todos los fines de semana por razones lógicas durante los últimos 18 meses.

Con todos ellos, tenía muchas ganas de ficharlo.

Y lo primero que dije a la dirección deportiva es que si la presencia de Ibn podía causar problemas, yo no iba a participar en crearlos.

Ya era un futbolista importante, pero todavía no había empezado a jugar cuando yo llegué.

Es uno de mis 24 hijos.

Todos los jugadores están ahí para mí".

¿Qué les dice ahora a los que le aconsejaron que no viniera? Ya he hablado con ellos y les he dicho que a veces hay que arriesgarse.

Es el reto más importante de mi carrera, el más difícil como entrenador y la situación más arriesgada en la que he estado.

Cuando no conseguimos el resultado pensé que el mensaje no estaba llegando a los jugadores.

El problema era que habíamos perdido un total de siete puntos y la distancia con la salvación era cada vez mayor.

El problema era que habíamos perdido siete puntos y la distancia con la salvación se había ampliado.

Pero no era una situación desesperada el mensaje no estaba calando.

Era que teníamos que hacer más.

Pregunté en primera persona qué necesitaba el fútbol.

Les dije a los jugadores que teníamos que dar más al fútbol, porque el fútbol nos devuelve fútbol.

Y así empezamos a obtener buenos resultados.

El equipo se fue de vacaciones de invierno y cuando volvimos éramos un equipo diferente.

El final de 22 fue el peor momento.

Perdimos contra el Burgos CF (-) y la SD Huesca (-) y ocho puntos estaban lejos de la salvación.

Tuvimos que hablar con la dirección deportiva y cambiar la situación.

Fichamos a cinco jugadores y se marcharon siete.

Cuando volvieron los jugadores les dijimos que teníamos que empezar de cero, que teníamos que poner orden".

Dijo que ahora es el momento del Torneo Clausura y que debemos acabar primeros, segundos o terceros.

Hemos conseguido un resultado que nos puede meter en el grupo de candidatos a la redención.

Ahora estamos ganando partidos que antes perdíamos y la suerte está del lado albinegro.

Antes era al revés.

El suelo positivo nos ha permitido hacer más cosas bien que cosas que no salían.

Una mentalidad positiva facilita que esto ocurra.

Se ha eliminado el negativismo.

Ya no hace falta euforia.

Con la excepción de Mejas, ahora estamos en el gris, entre el blanco y el negro.