La víctima de Hugo Majo rompe su silencio en AS: "Ya no tengo miedo,

La verdad ha ganado\' Carme Coma decidió abandonar el anonimato una vez se supo que era culpable de abusar sexualmente del excapitán del Celta, que trabajaba como mascota del Espanyol. Desde el 24 de abril hasta el jueves 12 de septiembre de 219, Carme Coma tuvo cinco años y medio para que se hiciera justicia

Tardó cinco años y medio.

Aquella noche, poco antes de las 2.

horas, fue víctima de un delito de abuso sexual por parte de Ugo Majo, el capitán del Celta de Vigo, que visitaba al Espanyol en el estadio Cornell El Prat.

Desde que el de enero expusiera el suceso y sus complejidades, para proteger su identidad AS Koma, que había cambiado su nombre por el de Ana, decidió romper su silencio.

Entonces decidió abandonar el anonimato.

En declaraciones a este periódico el jueves por la tarde en un rincón lluvioso de Barcelona, dijo que, a pesar de haber sufrido durante tanto tiempo, por fin sentía esperanza en lugar de miedo.

Esperanza de que su testimonio le haga al menos pensárselo dos veces antes de que un niño le levante la falda a una niña o una adolescente le tire del sujetador a otra.

Su decisión de romper su silencio y abandonar el anonimato la tomó el mismo día en que se anunció el veredicto.

No quería seguir escondiéndome, porque durante cinco largos años he experimentado mucha vergüenza y miedo por lo que pudiera ocurrirme a mí, a mi familia y a mis allegados en el anonimato.

Simplemente quería esperar una resolución judicial.

Lo único que hice fue buscar los recursos legales disponibles para protegerme de los actos que tanto daño me causaron.

Me pasó a mí, pero le podría haber pasado a cualquier otra persona de mi ámbito laboral.

Aunque sean hombres.

Sea el Espanyol o una pequeña empresa, hay que denunciarlo, aunque las cámaras no estén delante de mí.

Porque, al fin y al cabo, se trata de que se tomen medidas para que situaciones como la que yo sufrí no vuelvan a repetirse.

Ya no tengo miedo, porque lo que he explicado y ganado es verdad.

Supo inmediatamente que era la postura correcta y por eso presenté la denuncia a la mañana siguiente del incidente.

Al principio estaba bloqueado y le daba vergüenza incluso decir lo que le había pasado.

¿Cómo gestionó el Espanyol su testimonio de abuso sexual? La verdad es que estoy agradecido al Espanyol y a Barna Porters la empresa para la que trabajaba como mascota.

Y a los medios de comunicación por su cuidadoso y discreto tratamiento de un tema tan delicado.

Y al Celta de Vigo.

Cuando volví a casa por la noche del estadio, fui yo quien envió un correo electrónico de condena tanto al Espanyol como al Celta, con rabia contenida.

La única respuesta que obtuve del Celta fue institucional y dijeron que tendrían en cuenta y valorarían lo que les había explicado.

Nadie de Ugo Mallo ni de su entorno se había puesto en contacto conmigo en los últimos cinco años.

¿Cómo valora esta decisión? Soy consciente de que aún hay tiempo para recurrir, pero la Justicia ha dado la razón a una persona anónima con graves problemas en su vida.

El futbolista recurrió su condena y anunció que haría todo lo que estuviera en su mano para demostrar su inocencia.

Mayo fue multado con 6.

euros y los intereses de los 1.

euros que tuvo que pagar como víctima por daños emocionales.

S.

Nuestra fuerza consistió en dejar claro que no queríamos una compensación económica, sino simplemente que se hiciera justicia.

Afortunadamente, tengo un trabajo satisfactorio y me gano la vida.

¿Su principal medio de vida está relacionado con su papel de mascota del Espanyol? Ser mascota fue un hobby durante muchos años, lo disfrutaba y me gustaba.

Hace unos años me rompí una pierna y lo dejé.

Nunca imaginé que tendría que pasar por una situación tan desagradable.

Durante este largo proceso, temí que los abusos sexuales de Ugo Mallo quedaran impunes.

De hecho, desde el primer momento en que decidí ir a denunciar los daños, la gente de mi entorno me veía como un ser humano inferior sin apoyo legal y dudaba de que debiera emprender tal acción.

Entonces, me volví reacia a hablar del tema.

Sólo en As se hizo público, pero yo seguía teniendo muchos recelos.

Hasta el veredicto, sufrí mucho porque todavía había gente en el mundo que no creía que fuera una barbaridad y que no reflejara la verdad.

¿Qué pensó cuando el Tribunal de Primera Instancia de Cornell decidió dictar una medida cautelar? En ese momento pensé que la justicia no estaba de mi parte.

Pero la verdad prevaleció.

Perdí el sueño y la tranquilidad, pero aun así no quería tirar la toalla.

Los últimos cinco años y medio transcurridos entre el crimen y la sentencia, cree, están estrechamente ligados a un cambio de mentalidad en la sociedad.

Y ahora un jugador del Valencia Rafa Mir.

ha sido acusado de un posible delito sexual y un utillero ha sido acusado de grabar en el vestuario.

Pero este tipo de noticias no tienen fin.

Además de la necesidad de que todas las víctimas denuncien el acoso, el abuso, el maltrato y las agresiones sexuales, cree que su caso contribuirá en cierta medida a erradicar estas prácticas inaceptables.

Los niños deberían pensárselo dos veces antes de levantar las faldas de las niñas o los adolescentes tirar de los sujetadores de las niñas.

Por eso, me complace complacerles.