La vida de Andriy Lunin en el último año ha sido una montaña rusa.
Cuando parecía resignado a pasar otra temporada como eterno suplente de Courtois, fue titular en San Mamés en el primer partido de la pasada Liga.
Cuando la llegada de Kepa parecía relegarle de nuevo al banquillo, recuperó su puesto en la portería madridista.
Ahora, con su futuro en el limbo, el ucraniano vio el estreno liguero del Madrid en Son Moix desde el banquillo.
Cuando terminó la temporada pasada, todo parecía una quimera.
A pesar de la deslumbrante última campaña de Courtois en la Liga de Campeones, la excelente temporada de Lunin 2 goles en 1 partidos.
en ausencia del belga significó que esta temporada tenía un papel más importante como compañero de equipo, aunque a la sombra de Tib.
Y ese ligero cambio de estatus vino acompañado de una renovación de contrato por tres años, hasta junio de 228.
En su lugar, el daño colateral de un fichaje por el Manchester United, un hecho que ha dejado por los suelos la relación del Madrid con el central francés y el agente del portero ucraniano, Jorge Mendes.
El tiempo corre y los horizontes de Lunin son más amplios que nunca.
Su contrato expira a final de temporada y, o renueva, o el Madrid le dejará marchar gratis el próximo verano.
Y mientras tanto, Kepa ha aparcado su salida del Chelsea con la esperanza de que las cosas se muevan con rapidez y abran la puerta a un regreso al Madrid.
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