De Hair, Unai Simon y Neuer ya las han rechazado.
La liga saudí dominó el mercado futbolístico el verano pasado con sus fichajes de relumbrón.
Los reyes del fútbol fueron atraídos a Arabia Saudí por sus recursos petrolíferos.
Benzema, Neymar, Mané, Mahrez, Firmino, Ruben Neves y Gabri Veiga son sólo algunos de los jugadores atraídos por el poder económico de la Pro League saudí.
Sin embargo, el brillo del campeonato saudí y de sus jugadores estrella, con Cristiano a la cabeza, parece haberse desvanecido.
Jugadores como Benzema, Firmino, el internacional inglés Henderson, que fichó por el Ajax a través del Al Etifaq, y Laporte han puesto de manifiesto las carencias de la Pro League saudí.
Para mayor frustración de algunos jugadores, el Fondo de Inversión Pública del gobierno saudí, que financia los traspasos de los cuatro grandes clubes árabes -Al Ittihad, Al Nasr, Al Hilal y Al Ahli-, anunció hace unas semanas que había impuesto restricciones a la inversión en fichajes en el mercado de traspasos de invierno.
Como consecuencia de esta medida, los propios clubes serán los responsables de los refuerzos en este mercado de fichajes.
Además, el gobierno saudí ha decidido que todos los refuerzos que realicen los clubes deberán ser gestionados financieramente mediante una serie de requisitos.
Ante esta compleja situación, el interés por la Saud Pro League ha crecido considerablemente entre las estrellas del fútbol.
De hecho, un club saudí, cuya identidad no ha sido revelada pero se cree que es el Al-Nasr según un informe de As, está teniendo grandes dificultades para encontrar un portero de alto nivel en este mercado.
En un intento por persuadir a los posibles candidatos, el club saudí ha ofrecido un salario neto de 30 millones y la posibilidad de fichar por su equipo de origen.
Sin embargo, la respuesta de los porteros que se han propuesto adquirir ha sido pobre.
De Gea y Neuer son dos porteros que no han sido tentados por los barones del petróleo.
Lo que Arabia Saudí quiere es un portero de primer nivel, un jugador de estatus que tenga repercusión mediática.
Oblak, Ter Stegen, Lunin y Keylor Navas entran dentro de los parámetros de esta disposición, pero sólo el guardameta costarricense, que apenas ha jugado en el PSG, parece propenso a cambiar Europa y dar el salto a la liga saudí.
Cuando el mercado de fichajes de invierno entre Arabia y Arabia Saudí tocaba a su fin, no sólo Arabia estaba a punto de perder a Benzema, sino que también era muy difícil reforzar el equipo con jugadores de talla mundial.
Cada vez son menos los jugadores estrella dispuestos a emprender esta aventura, a pesar de la voluntad del propio Cristiano de promover las ventajas de la Saudi Pro League, tanto como jugador como personaje imagen de la misma.
Queda por ver si la burbuja saudí estallará como la liga china, o si superará el bache actual y volverá a reventar el mercado el próximo verano.