El Betis de Peregrini tendrá que reponerse del pobre 0-1 de la ida, empezando por Fekir y Bakambou Al Betis le espera el Maximil Stadium.
Aquí fue donde Zvonimir Boban agredió a un policía con una patada voladora para cubrir a un hincha del Dinamo, preparando la obertura de la disputa.
Con este telón de fondo, Pellegrini quiere trazar una línea libre.
Una línea para un equipo que cree que puede llegar cada vez más alto.
Un proyecto que no quiere despedirse del sueño europeo.
El único camino a seguir para el Betis tras su decepcionante actuación en la ida.
El Betis suspira por más fútbol, sin certezas.
Y esperan un futuro más cierto que el presente.
En Maximil, es todo o (casi) nada.
Peregrini trajo al Betis un espíritu ganador durante sus más de tres años al frente del equipo de Heliópolis.
Sin embargo, hay una deuda pendiente en Europa.
De la debacle en Fráncfort a la debacle contra el United, el último billete que hace una semana parecía poco menos que seguro que quería agarrar, ahora la Conferencia está a punto de entregárselo.
Hay millones de dólares en juego y la sensación de que la grandeza se construye en partidos como éste.
No importan las bajas, no importan las condiciones.
DINAMO ZAGREB - BETISDINAMO ZAGREB - BETIS Peregrini asegura que hay corazón en el campo.
El fútbol es para los elegidos.
Y con 11 ausencias, entre lesionados, no inscritos y sancionados, no hay mucho margen para cuestionar la selección.
La ausencia de Pezzella limita el plan.
Chadi Riad quedará al frente de la zaga y Marc Roca le acompañará en el improvisado papel que ha desempeñado en la mayoría de las giras europeas del Betis esta temporada.
Aunque William Carvalho esté de capa caída, el técnico sigue necesitando juego creativo junto a Jonny.
Abde debe conquistar el espacio, si es que lo hay.
El Dinamo tendrá que luchar de forma similar al partido de ida.
El Dinamo jugará de la misma manera que en el partido de ida.
Batulina moverá los hilos desde un rol similar al de Modric y Petkovic estará en el centro del ataque con la intención de darle más peso que en el Villamarín.
El entrenador Jakirovic no busca la contención extrema.
Su equipo no huirá del balón y luchará con la mayor valentía posible.
Maximil dará su veredicto, pero el Betis quiere escribir su propio veredicto sobre su destino.